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Una piel limpia activa la renovación celular, pero también favorece la penetración de los principios activos de los tratamientos posteriores. Pero ¿cuáles son las reglas de una buena limpieza facial profunda?
Antes incluso de pensar en el maquillaje, hay un paso esencial para lucir una piel radiante y sana: la limpieza. Correctamente realizada, la piel quedará despojada de toda la suciedad del día a día, fruto de agentes externos, como la contaminación, la polución, el propio sebo de la piel, los radicales libres o la radiación solar.
¿En qué consiste la limpieza facial profunda?
Al contrario de lo que puedas pensar, limpiar a fondo la piel no consiste en aplicar exfoliantes o peelings para despojarla de toda impureza.
Para limpiar tu piel en profundidad, debes optar por una doble limpieza (limpiador a base de aceite y limpiador de base acuosa), pero también realizar una suave exfoliación una vez por semana para abrir los poros de la piel y limpiarlos en profundidad, para evitar su obstrucción, deshacerse de la piel muerta y el exceso de sebo.
Para ello, hay que adaptar la limpieza facial profunda a tu tipo de piel y sus necesidades. En función de eso, se recomienda escoger los productos adecuados y aprender a usarlos correctamente.
¿Por qué necesitas limpiar tu piel en profundidad?
Para tener una piel bonita, no hay secretos: hay que cuidarla. El cuidado de la piel, obviamente, pasa por una alimentación sana, variada y equilibrada y, por supuesto, la hidratación (recuerda que tienes que beber al menos 1,5 L de agua al día). Además, una correcta rutina facial es clave: desmaquillado, limpieza, hidratación y protección solar.
En cuanto a la limpieza facial, se debe realizar diariamente dos veces al día: mañana y noche. Por ejemplo, si tienes la piel grasa y propensa al acné, es posible que necesites una limpieza por la mañana y una más profunda por la noche.
En cambio, si tienes la piel sensible y seca, una limpieza completa pasa por incluir productos muy suaves que no la alteren. Pero ¿por qué necesitas limpiar tu piel en profundidad? Pues simplemente porque la piel está en contacto permanente con el exterior (frío, sol, viento o polución) y está sujeta a otros elementos internos (estrés, mala alimentación, entre otros).
¿Cómo hacer una limpieza facial profunda en casa?
La regla para lucir una piel bonita y un cutis fresco y luminoso: limpiar a fondo la piel por la noche, después de un día al aire libre, maquillada o no; y por la mañana, para eliminar las células muertas y los residuos de sebo acumulados en la piel después de haber dormido.
¿El secreto para una limpieza facial profunda? La doble limpieza, es decir, comenzar con un aceite y finalizar con un gel espumoso de base acuosa. Y, por supuesto, un tónico-exfoliante para sellar la limpieza elevará tu rutina a un nivel superior.
A este ritual diario se suma la exfoliación, a realizar una o dos veces por semana, según tu tipo de piel. Sin embargo, hay que tener especial cuidado con los productos demasiado abrasivos y astringentes o sobre exfoliar la piel porque podemos dejar la barrera cutánea alterada.
Algunas personas, queriendo hacerlo bien, combinan distintos peelings a lo largo de la semana dañando la epidermis. Lo ideal es realizar una exfoliación suave con un tónico exfoliante diario, a base de ácidos de frutas o alfa hidroxiácidos (AHA) e, incluso, ácido salicílico para las pieles más grasas.
La otra opción es realizar una exfoliación puntual con una mascarilla enzimática que elimine las células muertas de la piel, o bien un exfoliante mecánico para trabajarlo con las manos en movimientos circulares. ¿Cada cuánto se recomienda? Una o dos veces por semana para pieles grasas, fumadores y personas con acné. Una vez cada diez días para las más sensibles y secas.