Dermatitis seborreica en el cuero cabelludo: causas y tratamiento

La dermatitis seborreica en el cuero cabelludo es una afección cutánea común que puede afectar a personas de todas las edades, siendo más habitual en niños pequeños y, sobre todo, en los bebés lactantes. Esto se debe a que tiene a aparecer en periodos en los que aumenta la actividad sebácea, generalmente, a causa de un estímulo hormonal.

Dado que puede resultar muy molesta y antiestética, en este post te vamos a contar qué es la dermatitis seborreica en el cuero cabelludo, por qué aparece y cómo tratarla, para que puedas prevenir su aparición y, sobre todo, ponerle solución.

¿Qué es la dermatitis seborreica en el cuero cabelludo?

También conocida como eccema seborreico, la dermatitis seborreica en la cabeza es un trastorno que afecta al cuero cabelludo, provocando una alteración de las glándulas sebáceas que aumenta la secreción de grasa, lo que deriva en una mayor producción de sebo, que tiene la función de aumentar el grosor de la piel y el pelo, constituyendo una película superficial junto a la grasa de la piel y al sudor, que se encarga de proteger frente a las agresiones externas.

La dermatitis seborreica en la cabeza se caracteriza por la aparición de manchas escamosas, piel enrojecida y caspa, lo que da sensación de suciedad en el cabello, afectando a la estética de las personas que la padecen, y además,  generando una molesta sensación de picor. 

Aunque es más habitual en niños pequeños, se estima que alrededor del 50% de la población adulta padece dermatitis seborreica en el cabello en algún momento, que en muchos casos, acaba extendiéndose a la piel del rostro y de otras zonas del cuerpo.

Principales síntomas de la dermatitis seborreica en el cuero cabelludo

Los síntomas de la dermatitis seborreica en el cuero cabelludo varían en intensidad, pero siempre con los que acabamos de contar: enrojecimiento, descamación de la piel y picazón.

La descamación es el síntoma más común, provocando el desprendimiento de unas escamas pequeñas y secas de color blanco que, a simple vista, resultan muy similares a la caspa. 

En casos en los que esta afección es más intensa, pueden aparecer placas más grandes que cubren la mayor parte del cuero cabelludo, que se caracterizan por tener unas escamas más gruesas, secas y con una tonalidad amarillenta, que van acompañadas de un picor intenso.

Y, en los casos más graves, podría llegar a causar la pérdida del cabello, aunque el número de personas que llegan a sufrir la caída es muy reducido.

Causas de la dermatitis seborreica en el cuero cabelludo: ¿por qué aparece?

Antes de saber cómo tratarla, es importante conocer las posibles causas de la dermatitis seborreica en el cuero cabelludo, para así entender el origen de esta afección.

El acortamiento de la renovación celular en el cuero cabelludo es la causa más habitual, que acelera la caída de las células cutáneas y forma unas escamas que se aprecian a simple vista. En muchos casos, esto se debe a factores hereditarios,  estando demostrado que los hijos cuyos padres tienen esta afección, tienen más probabilidades de padecerla. 

Por otro lado, el hongo malasezzia también está estrechamente relacionado con la dermatitis seborreica en la piel de la cabeza, el cual se encarga de colonizar las zonas cutáneas de grasa, provocando una inflamación que deriva en picazón.

Y, además, existen otros factores que pueden aumentar el riesgo de dermatitis seborreica en el cuero cabelludo:

• Altos niveles de estrés y ansiedad.
• Cambios hormonales.
• Alimentación poco saludable.
• Cansancio y fatiga muscular.
• Exposición a climas extremos.
• Uso inadecuado del champú.
• Obesidad.
• Consumo de alcohol.
• Tabaquismo.

Además, existen otros procesos neurológicos pueden estar asociados con un aumento de casos de dermatitis seborreica en el cabello, como la enfermedad de Parkinson, los traumatismos craneoencefálicos o los accidentes cerebrovasculares.

¿Cómo tratar la dermatitis seborreica en el cuero cabelludo?

Aunque por el momento esta afección no tiene una cura definitiva, sí puedes optar por un tratamiento para la dermatitis seborreica en el cuero cabelludo, que estará  destinado a prevenir su aparición y a aliviar los síntomas, ayudando a controlarlos y a evitar nuevos brotes. 

El tratamiento de la dermatitis seborreica en el pelo pasa por cuidar el cuero cabelludo, utilizando productos específicos para combatir esta afección. Así mismo, también es importante secar correctamente el cabello tras salir de la ducha, evitando el uso excesivo del secador.

Para ello, te recomendamos echar un vistazo a nuestro post, “Los mejores champús para la dermatitis seborreica”, que contienen principios activos como ketoconazol, ácido salicílico, peritoneo de zinc o disulfuro de selenio, los cuales actúan directamente contra la enfermedad, haciendo que sean mucho más efectivos.

¿Cómo prevenir la dermatitis seborreica en el cuero cabelludo?

Las personas susceptibles a la dermatitis seborreica en diferentes partes del cuerpo deben concentrarse en la prevención en lugar de esperar a que aparezcan nuevos síntomas, que pueden ser más difíciles de tratar una vez desarrollados por completo.

Es fundamental resistir la tentación de rascarse o eliminar las costras con las uñas, ya que esto puede empeorar el problema al propagar el hongo a otras áreas de la piel que aún no están afectadas.

Los expertos aconsejan evitar los champús, jabones y geles de ducha que puedan irritar la piel, optando en su lugar por productos cosméticos sin jabón, perfume y con bajo contenido de tensioactivos. Esto garantizará una limpieza profunda sin resecar la piel.

¿Un consejo extra? Puedes anticipar los brotes de dermatitis seborreica aplicando un tratamiento preventivo unos días antes de períodos de alta carga emocional o profesional.  Esto te ayudará a mantener bajo control la dermatitis. 

El estilo de vida y la alimentación también desempeñan un papel crucial en la prevención de la dermatitis seborreica, siendo altamente recomendable evitar el consumo de grasas saturadas, como la bollería industrial o los alimentos ultraprocesados, así como los azúcares y la sal.