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La lumbalgia o lumbago es el nombre con el que se conoce al dolor lumbar, que se caracteriza por ser el dolor más habitual en la espalda, concretamente en la zona inferior, entre el límite inferior de las costillas y los glúteos.
Una afección muy común, según la Sociedad Española de Reumatología (SER), el 85% de las personas padecerá lumbalgia en algún momento a lo largo de sus vidas, especialmente a medida que se van cumpliendo años y, sobre todo, a partir de los 40 años.
Aunque no está considerada como una enfermedad crónica, el lumbago representa alrededor del 20% de los dolores crónicos totales, y su cronificación dependerá principalmente de la causa que lo provoque.
Así mismo, hay que saber que existen tres tipos de lumbalgia que varían en función de su duración:
- Lumbago agudo: menos de un mes.
- Lumbago subagudo: entre uno y tres meses.
- Lumbago crónico: más de doce semanas.
Tanto si lo has padecido, lo estás sufriendo en el momento o simplemente quieres estar prevenido, en Druni te contamos las principales causas de la lumbalgia y cómo puedes aliviar los dolores, que pueden llegar a ser muy molestos y duraderos si no se tratan adecuadamente.
Principales causas del lumbago
El lumbago puede aparecer por muchas causas diferentes, y la gran mayoría de ellas son benignas y pueden prevenirse y tratarse fácilmente.
Las lesiones, distensiones, contracturas, esguinces o la ciática son las causas de la lumbalgia más habituales, las cuales se caracterizan por ser causas mecánicas que pueden empeorar significativamente si se pasa mucho tiempo de pie o se mantienen posturas inadecuadas.
Así mismo, también hay causas de lumbago de origen inflamatorio, que son menos frecuentes y se deben a enfermedades subyacentes, entre las que destacan las siguientes:
- Espondilitis anquilosante.
- Infecciones.
- Tumores.
- Síndrome de la cola de caballo.
Y, al mismo tiempo, hay otros factores de riesgo que pueden propiciar la lumbalgia:
- Obesidad y sobrepeso.
- Sedentarismo.
- Altos niveles de estrés.
- Tabaquismo.
- Posturas incorrectas.
- Esfuerzo físico intenso o realizado de forma incorrecta.
- Uso de zapatos de tacón.
- Uso de un colchón inadecuado.
- Maloclusión dental.
- Golpes de frío.
- Embarazo.
¿Cómo prevenir la lumbalgia?
Aunque el lumbago afecta a personas que se encuentran en perfecto estado a nivel físico, existen ciertas recomendaciones que pueden reducir el riesgo de padecer lumbalgia:
- Mantener un peso adecuado para no sobrecargar las vértebras.
- Practicar ejercicio con regularidad, especialmente, ejercicios destinados a fortalecer la zona lumbar y abdominal.
- Utilizar un colchón con un buen nivel de firmeza.
- Adquirir buenas posturas al sentarse y dormir.
- No levantar pesos excesivos.
- No hacer un uso excesivo de los tacones.
- Dejar de fumar.
- Tratar de relajarte para evitar los altos niveles de estrés o ansiedad.
¿Cómo tratar la lumbalgia y aliviar los dolores de espalda?
Si padeces lumbalgia, lo más adecuado sería acudir al fisioterapeuta, que podrá identificar si se trata de una lumbalgia aguda, subaguda o crónica, y aplicar un masaje específico para tratar el dolor de espalda causado por las alteraciones de las diferentes estructuras que forman la columna vertebral en la parte inferior.
Además, también sería recomendable acudir a tu médico de cabecera que, en la mayoría de casos, recomendará analgésicos simples para aliviar el dolor del lumbago, como el paracetamol, que podría reducir las molestias significativamente.
Aun así, existen otras pautas para tratar y aliviar el dolor de espalda de la lumbalgia, que deberías comenzar a practicar tanto para solucionarlo, como para prevenirlo:
- Reposo: el primer paso es guardar reposo, pero debe ser un reposo relativo, de 24-48 horas , ya que pasar mucho tiempo tumbado podría agravar los síntomas de la lumbalgia, que necesita de cierta actividad para acelerar la recuperación.
- Suspender el ejercicio físico: lo que sí que deberías es interrumpir el ejercicio físico durante unos días, especialmente aquellos que impliquen esfuerzos en la zona lumbar y abdominal. Por lo general, se recomienda descansar durante dos semanas.
- Evita trabajos con sobrecarga lumbar: si en tu día a día debes realizar trabajos que impliquen levantar pesos o hacer frecuentes rotaciones del tronco, como ocurre con los transportistas, es importante que guardes reposo.
- Aplica calor local: el calor será muy beneficioso para la lumbalgia, ayudando a relajar las contracturas musculares y a mejorar la rigidez articular, lo que favorecerá su recuperación. Puedes aplicar estos parches de calor VoltaTermic, diseñados para el alivio del dolor muscular y de espalda, que proporcionan hasta 8 horas de calor para un alivio eficaz del dolor durante todo el día.
- Cremas para el lumbago: otra forma eficaz de aliviar los síntomas y acelerar la recuperación es aplicar cremas para los dolores musculares y articulares, las cuales tienen efecto antiinflamatorio y analgésico.
- Fajas para lumbalgia: este tipo de fajas limitan el grado de movimiento de la zona, reducen la presión y estabilizan la columna vertebral, aliviando significativamente el dolor del lumbago.
Con estas medidas, podrás reducir los dolores del lumbago y acelerar su recuperación, volviendo a la normalidad cuanto antes. Aun así, acude a tu médico de cabecera y al fisioterapeuta para que te indiquen el tratamiento más adecuado en función de tus necesidades.
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Preguntas frecuentes (FAQs)
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¿Qué es la lumbalgia?
La lumbalgia, también conocida como lumbago, es el dolor en la zona baja de la espalda, entre el límite inferior de las costillas y los glúteos. Es el tipo de dolor de espalda más común.
¿Cuáles son los tipos de lumbalgia?
La lumbalgia se clasifica en aguda (menos de un mes), subaguda (entre uno y tres meses) y crónica (más de doce semanas), dependiendo de su duración.
¿Cuáles son las principales causas de la lumbalgia?
Las principales causas de la lumbalgia incluyen lesiones, distensiones musculares, esguinces, ciática y factores como la obesidad, el sedentarismo, el estrés y las malas posturas.
¿Cómo se puede prevenir la lumbalgia?
La lumbalgia se puede prevenir manteniendo un peso adecuado, haciendo ejercicio regularmente, utilizando un colchón firme, manteniendo buenas posturas, evitando levantar pesos excesivos y dejando de fumar, entre otras medidas.