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Hay diferentes trastornos que pueden afectar a tu piel produciendo todo tipo de síntomas, siendo uno de los más habituales la presencia de irritaciones y rojeces. Algunos de estos síntomas se parecen tanto que podrían dar lugar a confusión, cómo es el caso de la cuperosis y rosácea.
Para mayor dificultad, estas dos afecciones de la piel se suelen dar juntas en muchas ocasiones, siendo complicadas de identificar y manejar.
En este artículo vamos a estudiar las diferencias entre ambas afecciones:
¿Por qué la cuperosis y la rosácea se confunden con tanta facilidad?
La principal razón por la que existe la confusión la encontramos en sus síntomas, y es que ambos trastornos comparten algunos.
La mejor forma de proceder es acudir al dermatólogo para que evalúe la situación y determine si se trata de cuperosis y rosácea, o si estamos experimentando las dos afecciones al mismo tiempo.
Es muy importante, ya que cada trastorno requiere de un tratamiento específico: usar productos inadecuados podría llegar a causar importantes problemas en la piel.
¿Cuáles son los síntomas de la cuperosis?
La cuperosis es un trastorno de la piel que causa irritación y enrojecimiento. Se centra en el rostro, pudiendo causar los siguientes síntomas en cualquier parte del mismo; sin embargo, lo más habitual es que se ubique en las mejillas, nariz, mentón o frente, aunque también podría manifestarse alrededor de los ojos.
Estos son sus principales síntomas:
- Enrojecimiento en ciertas áreas del rostro.
- Mayor sensibilidad a la luz.
- Rubor.
- Zonas irritadas.
Lo más común es que estos síntomas sean leves. Dependiendo de la situación, podrían manifestarse algunos más graves.
¿Cuáles son los síntomas de la rosácea?
En cambio, cuando hablamos de la rosácea nos referimos a una condición crónica de la dermis que afecta al organismo (no solo a la cara). Su principal particularidad es la presencia de granitos o zonas enrojecidas en la piel. Hoy por hoy no se conocen las causas de este trastorno de la piel, aunque los estudios sugieren que podría haber relación con infecciones o con un cambio de la microcirculación de los vasos sanguíneos.
Estos son los síntomas más habituales:
- Enrojecimiento que puede afectar tanto al rostro, como a las manos o al pecho, entre otras partes.
- Cambio en la textura de la piel, siendo irregular o más gruesa de lo normal.
- Sequedad en diferentes zonas de la piel.
- Inflamación en los vasos sanguíneos.
- Rubor.
- Aparición de ciertos estragos que son sensibles al tacto; es habitual que se presenten en las mejillas, frente, mentón, nariz o párpados.
Al conocer con mayor detalle los síntomas de la cuperosis y rosácea, será más fácil establecer las diferencias.
Diferencia entre la cuperosis y rosácea: ¿Cómo distinguirlas?
No es fácil saber la diferencia entre cuperosis y rosácea debido a que muchos síntomas son los mismos. Sin embargo, existen algunas particularidades que nos pueden ayudar:
#1. Color de los parches
Una de las maneras más efectivas para determinar si tienes cuperosis o rosácea es estudiar el color de las irritaciones.
- Lo más común es que tengas cuperosis si el color es rojo.
- Pero si se trata de rosácea, el color de las irritaciones pueden oscilar entre rosa o morado.
No es algo definitivo, ya que la propia cuperosis puede presentarse en diferentes tonos de color, aunque no es lo habitual.
#2. Textura de la piel
También se puede saber si se trata de cuperosis o rosácea comprobando la textura de la piel. Para ello, tenemos que concebir la dermis como si se tratase de una esponja.
- En el caso de que los poros de la barbilla, mejillas y nariz sean más grandes, quiere decir que existe más enrojecimiento en estas zonas. Por ende, es más probable que tengas cuperosis.
- En cambio, con la rosácea existirá enrojecimiento, pero no afectará tanto a los poros.
#3. Tratamiento
La cuperosis y la rosácea se pueden tratar, pero los enfoques del tratamiento pueden ser diferentes.
- En el caso de la cuperosis es común utilizar tratamientos láser o terapia de luz pulsada. El objetivo de dichos tratamientos es reducir la apariencia de los capilares dilatados.
- Aunque para algunos tipos de rosácea se podría usar también el láser, es más habitual utilizar tratamientos con medicamentos tópicos o sistémicos.
En ambos casos, el experto recomendará implantar determinadas medidas de estilo de vida para mejorar la situación de cada paciente.
Esperamos haberte ayudado a establecer la diferencia entre cuperosis y rosácea. Sin embargo, para salir de dudas, acude a ver al dermatólogo.
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Preguntas frecuentes (FAQs)
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¿Por qué la cuperosis y la rosácea se confunden con tanta facilidad?
Ambas condiciones comparten algunos síntomas, como enrojecimiento y sensibilidad en la piel, lo que puede causar confusión. La evaluación de un dermatólogo es fundamental para un diagnóstico preciso.
¿Cómo distinguir entre cuperosis y rosácea?
La diferencia puede notarse en el color de los parches (rojo para cuperosis y rosa o morado para rosácea), la textura de la piel (mayor enrojecimiento en poros para cuperosis) y el tratamiento (láser o terapia de luz para cuperosis y medicamentos tópicos o sistémicos para rosácea).
¿Cómo se tratan la cuperosis y la rosácea?
El tratamiento para la cuperosis a menudo implica tratamientos láser o terapia de luz pulsada para reducir la apariencia de capilares dilatados. La rosácea puede tratarse con láser, pero es más común el uso de medicamentos tópicos o sistémicos.