Pústulas: ¿qué son y cómo curarlas? 

Las pústulas son unas pequeñas protuberancias rojas que pueden resultar muy molestas y provocar enrojecimiento de la piel, que tienen un característico color blanco en el centro y, en algunos casos, son bultos duros que resultan sensibles al tacto.

Mucho más habituales de lo que puede parecer, en Druni te vamos a contar qué son las pústulas y las causas que pueden propiciar su aparición, así como qué apariencia tienen y cómo puedes tratarlas para disfrutar de una piel más saludable.

¿Qué es una pústula?

Una pústula es una pequeña ampolla o llaga inflamada en la piel, de entre 5 y 10 mm de tamaño, que contiene pus en su interior, caracterizándose por ser un tipo de espinilla que suele aparecer en zonas con poros obstruidos o inflamados.

Por lo general, este tipo de protuberancias van acompañadas de síntomas como dolor, hinchazón, enrojecimiento y una elevada sensación de calor en la zona afectada.

La causa más frecuente de estas lesiones es una infección cutánea que puede derivar de condiciones como el acné, la foliculitis (infección de los folículos pilosos) o el impétigo (infección bacteriana). Además, las pústulas pueden aparecer como resultado de una respuesta inflamatoria del cuerpo para eliminar la infección.

Aunque en algunos casos desaparecen de forma natural, el tratamiento de pústulas con un dermatólogo especializado es altamente recomendable, especialmente si son persistentes o se presentan con síntomas molestos, ya que el médico podrá recomendar medicamentos específicos para reducir la inflamación y combatir las bacterias.

Causas de las pústulas y dónde aparecen

La causa principal de las pústulas es la obstrucción de los poros, lo cual permite que el aceite, las bacterias y la piel muerta se acumulen en la piel, creando un entorno propicio para que las bacterias proliferen y produzcan pus.

Las paredes del poro se rompen debido a esta acumulación, dando lugar a las pústulas, que tienden a ser de mayor tamaño en comparación con otras lesiones cutáneas como puntos negros o blancos.

  Las causas más comunes de las pústulas incluyen el acné y la foliculitis, aunque también pueden presentarse en personas con ciertas condiciones como la psoriasis pustulosa (particularmente en las palmas de las manos o plantas de los pies) o formas específicas de eczema, como el eczema dishidrótico. 

Así mismo, la pústula contiene pus, un subproducto del sistema inmunitario compuesto principalmente de glóbulos blancos muertos, que el organismo produce para combatir la suciedad y las bacterias.

Las pústulas pueden aparecer en diferentes partes del cuerpo, aunque son más frecuentes en aquellas donde la piel es más grasa o donde se produce sudoración frecuente, como la cara, el cuello, el pecho, las axilas o la espalda.

Principales síntomas de las pústulas

Existen diferentes síntomas de las pústulas característicos que pueden ayudar a identificarlas rápidamente:

• Aparición de una pequeña ampolla o protuberancia en la piel que contiene pus.
• Dolor o molestia en la zona, especialmente al tocarla.
• Hinchazón y enrojecimiento en la piel de alrededor.
• Sensación de calor en la zona afectada.

En algunos casos, estos síntomas pueden ser más intensos, especialmente si hay infección. Además, si la infección se agrava, es posible que también aparezca fiebre como respuesta del cuerpo al proceso infeccioso.

¿Cómo eliminar las pústulas?

Para terminar, vamos a contarte cómo llevar a cabo el tratamiento de la pústula, para que puedas eliminarla de forma eficaz, mediante una serie de cuidados básicos de la piel:

Mantener la piel limpia: lavar la zona afectada con agua y jabón suave ayuda a mantener la piel libre de bacterias, reduciendo la posibilidad de empeorar la infección.

Evitar productos irritantes: no se deben aplicar cosméticos o productos agresivos en la zona afectada, ya que podrían aumentar la irritación o causar obstrucciones adicionales en los poros.

No tocar ni exprimir: aunque puede ser tentador, tocar las pústulas puede propagar las bacterias y empeorar la inflamación, ralentizando la recuperación y aumentando el riesgo de cicatrices.

Si las pústulas son persistentes o severas,   el dermatólogo puede recomendar medicamentos como antibióticos para combatir la infección y reducir la inflamación.   En casos de acné, es posible que también se indiquen fármacos para regular la producción de sebo en la piel y prevenir la proliferación bacteriana.