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Si te sientes constantemente cansado y tu cuerpo te pide quedarte en casa descansando, puede ser un claro síntoma de que tienes las defensas bajas, debido a que tu sistema inmunológico no puede protegerte frente a sustancias como bacterias, virus, hongos y parásitos, lo que aumenta el riesgo de infecciones o enfermedades.
Existen diferentes factores pueden provocar un debilitamiento del sistema inmunológico, como una mala alimentación, cambios frecuentes de temperatura, la exposición a la contaminación o la presencia de enfermedades que afectan la inmunidad, como la anemia, entre otras.
Es crucial prestar atención a estos indicios y, por ello, en Druni vamos a mostrarte los síntomas de unas defensas bajas más habituales, con el objetivo de que puedas detectar una posible bajada de las defensas rápidamente y así, tomar las medidas adecuadas para evitar complicaciones graves.
¿Qué son las defensas bajas?
Las defensas bajas indican que el sistema inmunológico no consigue responder contra las infecciones de forma eficaz, lo que puede ocurrir por diferentes razones, como una deficiencia nutricional, el uso de ciertos medicamentos o la presencia de enfermedades que afectan la inmunidad.
Un indicativo de que las defensas están bajas son las infecciones recurrentes, ya que esto muestra que el sistema inmune no es capaz de combatir los agentes infecciosos, como virus y bacterias, que son los culpables de los resfriados, gripes e infecciones.
¿Es peligroso tener las defensas bajas?
La respuesta es sí, es peligroso tener las defensas bajas, pudiendo provocar un problema de salud grave si no se soluciona con el paso del tiempo.
Cuando las defensas están bajas, las posibilidades de sufrir infecciones y enfermedades aumentan significativamente, lo que puede llevar a complicaciones serias.
Por ello, es fundamental actuar de manera preventiva y, en caso de que aparezcan síntomas preocupantes, acudir al médico rápidamente.
¿Cómo saber si tengo las defensas bajas?
Una vez conocemos la importancia de mantener el sistema inmune en buen estado, vamos a ver los síntomas de las defensas bajas más habituales:
- Infecciones recurrentes, como amigdalitis o herpes.
- Enfermedades leves que tardan en curarse más de lo normal o se agravan con el paso del tiempo, como la gripe.
- Fiebre frecuente y escalofríos.
- Ojos secos.
- Cansancio excesivo.
- Náuseas y vómitos.
- Diarrea.
- Aparición de manchas rojas o blancas en la piel.
- Caída del cabello.
- Mayor susceptibilidad al estrés o a la falta de sueño.
- Alergias frecuentes a agentes como el polen o el polvo.
- Cicatrización lenta de heridas.
¿Por qué tengo las defensas bajas?
La disminución en la actividad del sistema inmune puede ocurrir por varias razones, como el estrés y la ansiedad, que son dos factores que afectan negativamente nuestras defensas.
Además, algunas enfermedades crónicas, como el SIDA, el lupus, el cáncer o la diabetes, pueden disminuir la actividad del sistema inmunológico y favorecer la aparición de otras enfermedades.
Así mismo, el uso de medicamentos inmunosupresores, corticosteroides o antibióticos también puede debilitar el sistema inmunitario. Por ello, es importante acudir a tu médico si padeces algún síntoma de forma persistente para que valore la posibilidad de modificar tu tratamiento.
Por otro lado, los hábitos de vida también juegan un papel crucial en la salud de nuestras defensas, ya que factores como la falta de actividad física, el consumo de alcohol y tabaco, así como una alimentación poco saludable, pueden comprometer la eficacia del sistema inmunológico de manera significativa.
¿Cómo subir las defensas bajas?
A continuación, te mostramos cómo subir las defensas bajas, siguiendo las indicaciones de la Sociedad Española de Inmunología (SEI):
- Vacunación: es una de las mejores medidas preventivas para evitar contraer enfermedades infecciosas.
- Ejercicio: mantener una actividad física moderada es fundamental. Tanto el sedentarismo como el ejercicio excesivo pueden debilitar el sistema inmunológico.
- Sueño: se necesitan entre 7 y 8 horas de sueño para mantener un ritmo circadiano saludable, que resulta esencial para la producción de hormonas que favorezcan el desarrollo de leucocitos.
- Higiene adecuada: lavarse las manos varias veces al día y limpiar bien los alimentos antes de cocinarlos puede ayudar a evitar la exposición a patógenos.
- Consumo moderado de alcohol, drogas y tabaco: el tabaquismo, el alcohol y las drogas pueden alterar las defensas en las mucosas respiratorias y favorecer el desarrollo de varios tipos de cáncer.
- Alimentación equilibrada: mantener una dieta rica en legumbres, verduras, frutas frescas, proteínas y baja en azúcares y grasas es fundamental para un sistema inmunológico fuerte.
- Evitar el estrés: la vida relajada y con buenas relaciones sociales ayuda a mantener un sistema inmunitario saludable.
Como ves, las defensas bajas son una señal de alerta que no debemos ignorar, siendo importante conocer sus causas y síntomas para tomar medidas preventivas cuanto antes y mejorar nuestra salud.
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Preguntas frecuentes (FAQs)
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¿Qué significa tener las defensas bajas?
Significa que el sistema inmunológico no responde eficazmente frente a infecciones, lo que puede deberse a factores como deficiencias nutricionales, medicamentos o enfermedades que afectan la inmunidad.
¿Es peligroso tener las defensas bajas?
Sí, es peligroso porque aumenta el riesgo de infecciones y enfermedades que, si no se tratan, pueden derivar en complicaciones graves para la salud.
¿Por qué es importante mantener una buena higiene para el sistema inmunológico?
Una higiene adecuada reduce la exposición a patógenos, ayudando al cuerpo a evitar infecciones que podrían sobrecargar el sistema inmune.
¿Qué hábitos alimenticios favorecen un sistema inmunológico saludable?
Incluir frutas, verduras, proteínas y legumbres en la dieta mientras se limita el consumo de azúcares y grasas fortalece las defensas del organismo.
¿Qué rol juega la vacunación en la prevención de defensas bajas?
Es una herramienta clave para evitar enfermedades infecciosas al fortalecer la capacidad del sistema inmune para reconocer y combatir patógenos.