Su textura en crema-polvo es ultrafina y refleja múltiples variaciones con destellos dorados.
Un iluminador preciado que aporta un velo de luz a la tez con total transparencia.
Aplicar como toque final en las zonas clave del rostro: comenzar en los pómulos y extender hacia las sienes.
A continuación, iluminar el puente de la nariz y el arco de Cupido.