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Las abejas, como sabemos, tienen un impacto positivo directo en el medioambiente. Contribuyen a la renovación de la flora a través de la polinización.
Pero eso no es todo, elaboran productos apícolas cuyas propiedades terapéuticas son conocidas y reconocidas desde hace mucho tiempo. Entre ellos encontramos el propóleo, una resina más o menos sólida que protege las yemas y brotes jóvenes de ciertos árboles.
Una verdadera barrera contra los patógenos, las abejas recogen el propóleo para llevarlo de vuelta a la colmena y usarlo como protección frente a las enfermedades microbianas. De hecho, el propóleo tiene muy buenas propiedades antiinfecciosas e inmunoestimulantes.
¿Qué es el propóleo?
Al igual que la jalea real, el propóleo es un producto de la colmena muy apreciado. Lo producen las abejas a partir del propóleo vegetal, una sustancia resinosa presente en ciertas plantas. El propóleo tiene muchas virtudes: es antiinfeccioso, antioxidante, inmunoestimulante y cicatrizante.
En otras palabras, tiene múltiples ventajas para la defensa del organismo. Se utiliza en particular para combatir infecciones, desde orales, heridas… hasta problemas de la piel. También se recomienda al inicio del invierno para fortalecer el sistema inmunológico.
Propiedades del propóleo
Inmunoestimulante: el propóleo ayuda a estimular las defensas del organismo aumentando la producción de anticuerpos y linfocitos para defenderse de agresiones externas como bacterias, virus y hongos.
Antimicrobiano: el propóleo actúa contra la bacteria responsable del acné y, además, es un antifúngico activo sobre Candida albicans y Aspergillus trichophyton. El propóleo ayuda a combatir infecciones de la piel como verrugas y micosis.
Antiviral: el propóleo también ayuda a combatir los virus porque inhiben la enzima que permite que los virus liberen material viral patógeno en el cuerpo, evitando su propagación. Es muy eficaz contra el herpes, la gastroenteritis, infecciones respiratorias y los virus responsables de las verrugas.
Antiinflamatorio, antitusígeno: el propóleo reduce la inflamación causada por infecciones del sistema respiratorio. También ayuda a calmar la tos.
Antiséptico: utilizado sobre la piel, el propóleo puede desinfectar heridas ayudándoles a cicatrizar. Son los flavonoides y el ácido benzoico los que le confieren estas propiedades, favoreciendo las defensas del organismo.
Potente anestésico: el propóleo es un excelente anestésico. Esta propiedad la confieren el ácido cafeico y la pinocembrina, de ahí la sensación de hormigueo en la boca al tomar propóleo para masticar.
Regenerante, cicatrizante: el propóleo, más concretamente el ácido ferúlico, tiene la capacidad de estimular la regeneración y el crecimiento de las células de la piel para una mejor cicatrización. Ayuda en la regeneración de las células y retrasa su envejecimiento al activar la síntesis de colágeno y elastina.
Usos del propóleo
Gracias a su riqueza en compuestos nutritivos, el propóleo es ideal en los siguientes casos:
- Condiciones respiratorias (anginas, resfriados, sinusitis, gripe, etc.)
- Aumento de la inmunidad
- Condiciones orales y dentales (gingivitis, caries, etc.)
- Afecciones de la piel (eccemas, psoriasis, acné, heridas, quemaduras, herpes, verrugas, etc.)
- Pérdida de cabello
El propóleo se puede encontrar en diferentes formas y, por lo tanto, se puede usar de manera diferente:
- Se puede encontrar en chicles,
- A través de cápsulas de nutricosmética
- En forma de jarabe para dolores de garganta
- En spray nasal
- En cremas antibióticas
Precauciones de uso del propóleo
No pueden tomarlo las personas que son alérgicas a los productos realizados por las abejas, así como a la jalea real o al veneno de abeja.
Se recomienda consultar con un médico en caso de mujeres embarazadas y en período de lactancia.
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🟢 Última actualización: 17/01/2023